Descubre
cómo este tipo de personas nutre, motiva e inspira a todos los empleados,
aunque tengan diferentes personalidades.
De
vez en cuando, aunque el cuarto esté lleno de gente experimentada y exitosa,
conoces a un líder que resalta. Puedes saber en un instante que actúan, piensan
y guían diferente que cualquier otro dirigente.
Pero
aquellos individuos no se convirtieron en grandes líderes de la noche a la
mañana. Aunque algunos hayan nacido con ciertas aptitudes para serlo, la realidad
es que se van formando a través del entrenamiento, experiencia y una dosis sana
de introspección para tomar decisiones rápidas y acertadas. Aprenden a trabajar
con diferentes personalidades. Descubren cómo nutrir, motivar e inspirar.
¿Quieres
convertirte en un gran líder? Trabaja duro para que lo logres de una forma
natural, automática e instintiva. Empieza cultivando estos ocho hábitos:
1.
Recurren a los elogios. Es fácil darse cuenta cuando un reconocimiento es
simplemente un pretexto para asignar una larga lista de tareas. Todos hemos
estado alrededor de gente que ocasionalmente estrecha algunas manos. No importa
cuánto lo quieran fingir, su deshonestidad es evidente (dime si no has tenido
al menos un jefe así).
Los
elogios son casi como respirar para un líder efectivo: natural, aromático,
frecuente y, más que nada, genuino y sincero.
2.
Deciden. Las ideas son muy buenas, pero la implementación es todo. Los grandes
líderes miden, evalúan y deciden casi inmediatamente, esto debido a que
decisión y acción les da la confianza y el impulso. Por ello, las malas
decisiones son mejores que no tomar ninguna. Los errores casi siempre pueden
ser corregidos.
3.
Aceptan la responsabilidad. Todos tomamos malas decisiones. Lo que importa es
lo que hagamos después de que cometemos esos errores. Los grandes líderes son
los primeros en decir “Me equivoqué” o “Tomé la decisión errónea; necesitamos
cambiar de curso”. Se hacen responsables y desesperadamente quieren construir
una cultura en donde los errores son retos que hay que superar, no
oportunidades para apuntar dedos y culpar a alguien.
4.
Se comunican. Los negocios están llenos de “qué”: qué implementar, qué
ejecutar, qué decir y, a veces, qué sentir. Lo que falta es un “porqué”. Es por
eso que muchos proyectos, procesos y tareas fallan.
Los
gerentes estipulan. Los grandes líderes explican y luego escuchan, porque la
comunicación más efectiva se da cuando escuchamos, no cuando hablamos.
5.
Ponen el ejemplo. Imagínate que estás caminando por la fábrica con el gerente
de planta y hay un pedazo de basura en el piso. Hay dos tipos de personas en
esta situación:
-
Una que lo ve, se detiene, lo toma, camina 20 pasos hacia el basurero y lo
tira. Levantó la basura pero también dio un mensaje.
- El
otro lo ve, lo levanta y se queda con la basura hasta que ve que un basurero
está cerca. No está pensando en dar un mensaje. Sólo vio algo de basura y la
levantó sin pensar.
¿Por
qué esto es importante para los empleados? Cundo tú estás a cargo, todos ven lo
que haces. La diferencia es cómo lo haces y lo que eso dice de ti. Los grandes
líderes hacen eso porque es importante para ellos.
6.
Dan retroalimentación. Todos queremos mejorar: ser más habilidosos y exitosos.
Por eso necesitamos retroalimentación constructiva. Debido a que les importan
sus empleados, no sólo como trabajadores, sino como personas. Los grandes
líderes van hacia el que tiene problemas y dicen “sé que puedes hacer eso y te
voy a ayudar”. Los grandes líderes tratan naturalmente de cambiar su vida
porque les importa.
7.
Buscan ayuda. En algún punto, mucha gente en una posición de liderazgo evita
mostrar vulnerabilidad. Después de todo, estás a cargo, así que se supone que
sabes todo. Claro que eso es imposible. Los grandes líderes no pretenden saber
todo (de hecho deben contratar a personas que sepan más que ellos) así que por
instinto hacen preguntas y automáticamente piden ayuda. En ese proceso muestran
vulnerabilidad, respeto por el conocimiento y las habilidades de otros y la
disponibilidad de escuchar, todas grandes cualidades de un líder.
8.
Retan. La mayoría de los líderes implementan sus ideas al reforzar procesos y
procedimientos que apoyan sus ideas. Para los empleados, el compromiso y la
satisfacción están basados en la autonomía y en la independencia. Les importa
mucho más cuando es su idea, proceso o responsabilidad.
Los
grandes líderes crean estándares y guías y luego retan a sus empleados para
darles la autonomía e independencia para trabajar de la mejor forma. Les
permiten a los empleados cambiar lo “suyo” en lo “nuestro”, transformando el
trabajo en una expresión externa de las habilidades, talentos y experiencias
únicos de cada persona.
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