Imagina la siguiente situación: Tienes programada una cita a las 10:00
am con aquel cliente que anduviste tras de él por largo tiempo para hacerle la
presentación de tu empresa, y al llegar a su oficina lo encuentras tomando su
portafolio dirigiéndose a la salida y te dice: “De verdad lo lamento mucho,
pero debo salir inmediatamente. Pero si no le incomoda ¿por qué no me platica
de su empresa mientras llego al estacionamiento donde está mi auto?”.
En ese momento entras en pánico pues traías todo preparado en una
impactante presentación en Power Point y ahora cuentas con tan solo 118
segundos que es lo que dura el trayecto en el elevador desde su despacho hasta
el estacionamiento. ¿Serás capaz de captar su interés en tan breve tiempo?
Antes permíteme
aclarar ¿por qué 118 segundos? porque según Jeffrey Hayzlett, en un artículo que
escribió en la revista Harvard Business Review, es el tiempo que se requiere
para hacer un “Elevator Speech” (que así es como se le conoce en Estados Unidos
de Norteamérica) o sea una presentación o discurso en un elevador. Menciona que del
total de ese tiempo, los primeros 8 segundos serán los que determinarán el
éxito o el fracaso de la presentación y que serán decisivos para que nos siga
escuchando los siguientes 110 segundos y, ¿por qué no, incluso para pedirnos
una cita para explicar con detalle nuestra propuesta?
Sobre el tiempo de duración no hay consenso, algunos autores opinan que
una presentación de este tipo no debe exceder de 30 segundos, pues la intención
no es cerrar una venta o un negocio, sino lograr captar el interés de quien nos
escucha y el objetivo central es que nos pidan una cita para ampliar
información.
¿Por qué es
importante este discurso o presentación?
Porque con
frecuencia vemos invitaciones en el internet o redes sociales a reuniones de networking, también ferias, congresos o encuentro
de cualquier clase, pidiéndote lleves una buena dotación de tarjetas de
presentación para entregar a los demás asistentes y te conozcan. En todas esas
reuniones hemos tenido oportunidad de observar como los empresarios intentan
dar el mejor discurso de su negocio, hemos visto que por más que se esfuerzan
no logran cautivar al que tienen enfrente y por supuesto los resultados son muy
pobres, no logran captar la atención de la persona a la que le están haciendo
la presentación. Al no ver resultados comienzan a cambiar sus discursos y caen
en una mezcla de desesperación y decepción. ¿La conclusión a la que llegan?
esos eventos no sirven!!!
En esas
presentaciones lo obvio es lo más importante, “debes despertar la curiosidad de
la persona a la que te estás dirigiendo” y ¿cómo se logra?
Aplicando los
siguientes cinco pasos:
·
Preséntate: Comienza por dar la mano franca y firme viendo a los ojos. Di tu nombre
y el de tu negocio.
Ejemplo: Hola! Mi nombre es Rodrigo Juárez, fundador de “Dulces
Recuerdos de Cancún”.
·
Haz saber tu experiencia y tiempo de estar en ese negocio.
Ejemplo: Tengo experiencia en el ramos desde hace más de 15 años y
nuestra empresa fue constituida legalmente hace 10 años.
·
Con claridad deja saber qué exactamente haces.
Ejemplo: Somos una empresa dedicada a elaborar dulces artesanales de
bajas calorías, y estamos ubicados en la ciudad de Cancún Quintana Roo con 10 puntos
de venta dentro del estado.
·
Haz saber tu participación en el mercado.
Ejemplo: Atendemos a más de 200 clientes en el país y nuestros productos
representan el 15% del total de los dulces artesanales de bajas calorías que se
venden en el país.
·
Por último, termina tu discurso con una pregunta de cierre.
Ejemplo: Nuestra capacidad instalada nos permite buscar nuevos canales
minoristas de venta. ¿Está interesado en que le explique con mayor detenimiento
sobre este modelo de negocio o tiene conocidos que ofrezcan productos dulces,
repostería o productos gourmet en locales bien ubicados?
Acto seguido por favor mantente en TOTAL SILENCIO!!! ¿Por qué? Dice
Neepa Parikh, director adjunto de la Oficina de Planificación profesional en la
Universidad Golden Gate, “Finalizar tu introducción con una pregunta impulsa la
conversación.”
Conclusión: El discurso del elevador es un mensaje bien definido y redactado que
incluye las características clave del negocio en una forma clara y concisa, de
manera que pueda ser comunicado con facilidad a otros. Comienza la técnica de
los 118 segundos con un borrador. A continuación, haz otro proyecto. Luego,
déjalo por unos días, vuelve a él.
¿Todavía no termina de gustarte? Repite el proceso. Cuando finalmente
llegues a los 118 segundos que mejor presenten a tu negocio, habrás concluido.
Por último, al despertar por la mañana recítalo y al ir a la cama por la noche
vuelve a hacerlo hasta que memorices los puntos clave que quieres que el
público escuche de ti.
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