Nuestra
productividad se mide en lo que logramos durante cierto periodo de tiempo. Un
día es la medida más común. En ocasiones un día o una jornada no es suficiente
para terminar nuestras actividades. Aquí encontrarás útiles consejos para
aprovechar tus días y volverlos mucho más productivos.
Todos
pasamos días en los que nuestra agenda parece estar llena de actividades y
pendientes los cuales, durante el transcurso del día, no parecen disminuir. Es
abrumador. En especial si somos emprendedores. Nuestro día se vuelve cada vez
más improductivo, porque hacemos mucho de todo pero no terminamos absolutamente
nada; la ansiedad, nuestro humor e incluso nuestros niveles de estrés se ven
afectados en estas situaciones causándonos dolores de cabeza y bajando nuestra
motivación hasta los suelos. En estas ocasiones tal vez pensaras que es mejor
tirar la toalla por el resto del día, volver a tu hogar y regresar al siguiente
día con toda la actitud. Y suena bien e incluso puede funcionar, pero ¿y si no?
¿y si al siguiente día es igual o peor? Mejor sigue estos consejos prácticos y
aplícalos cuando sientas que es necesario, te ayudarán a recobrar la
inspiración y te darán ese empujón que requieres para seguir adelante. No
desaproveches ni un solo día, exprímelos y sácales el máximo provecho.
Despeja tu lugar: un escritorio lleno de papeles, reportes, facturas y
demás puede causar severas interrupciones a tu trabajo. Estar concentrado en
algo y voltear, ver un papel importante y recordar que es algo que también
tienes que atender hará que caigas de nuevo en el círculo vicioso. Limpia tu
lugar de trabajo aunque parezca una gran tarea y pérdida de tiempo. Una vez que
está listo, sin ninguna distracción encima, podrás enfocarte en tu lista de
tareas y sentirás las ganas de terminar algo de una vez.
Primero lo más fácil: Si empiezas por lo más sencillo en tu lista podrás al
menos terminar actividades para que te puedas ocupar de otras más complejas.
Personalmente, mis listas de tareas las ordeno de esa manera, desde las simples
hasta las más complicadas, tediosas o con mayor inversión de tiempo requerido.
Si agarras una racha de completar tareas y más tareas podrá ser lo que inicie
el motor de tu cerebro y te de la capacidad de pasar a las otras más complejas.
Sin embargo, mucho cuidado, pues no querrás usar tu día realizando tareas
pequeñas y sencillas. Dale prioridad a
aquellas que te generan dinero.
Escoge un pendiente: En ocasiones el tener una lista de tareas no lo es
suficiente o también es probable que no sean para ti, que simplemente no funcionen
o no se adaptan a tu forma de trabajo. En dado caso, piensa mejor en aquella
tarea que ayudará al negocio: “Si pudiera completar o terminar solo una cosas
hoy que mejoraría mi negocio, ¿Qué sería?” Respóndete esa cuestión y canaliza
toda tu atención y concentración en esa sola tarea. Aléjate de tu correo
electrónico, dispositivos móviles, llamadas o cualquier otra potencial fuente
de interrupciones. Pon una nota justo al lado de tu ordenador o tu laptop con
esa tarea escrita y enfócate en acabarla.
Cambia tu entorno: Simplemente muévete de tu oficina, ve otro departamento
o área de la empresa en dónde te sientas cómodo para seguir trabajando. O
simplemente, si tienes posibilidad, toma tu laptop y ve a la cafetería más
cercana o de tu agrado. Muchas veces estos cambios accionan y cambian nuestra
mentalidad y la ponen en modo productivo. Ten en consideración siempre que es
lo que quieres lograr o completar cuando haces esto o será en vano.
Conserva una actitud positiva: Es un aspecto muy obvio pero también algo que suele
olvidarse o dejamos pasar. Y es que, si empezamos nuestro día con el pie
izquierdo, es una pérdida desde ese momento y las probabilidades de que no seas
productivo son altas. Duerme bien por las noches y despierta contento, relajado
y sin preocuparte más que en tomarte una buena taza de café. Ármate una
colección de libros y CDs o podcasts con contenido de motivación e inspirador,
religioso si te apetece, o algo similar e inicia tus días, o al menos aquellos
pesados, con este tipo de material. Una buena cucharada de positivismo nunca
cae mal a nadie. Olvídate de iniciar o terminar tus jornadas viendo noticias,
algo muy común, éstas generalmente están atiborradas de “malas vibras” y
emociones negativas. Una rutina de ejercicios es muy efectiva también. Algunos
estiramientos o unos 10 minutos en la cinta serán suficientes para oxigenarte
bien, despejar tu mente y poner en orden tus objetivos del día.
Una
técnica muy efectiva también es dividir tus tiempos en periodos de 15 minutos.
Dedica 15 minutos a una tarea en específico y luego de los quince, analiza
cuanto avanzaste, verás que es bastante lo que se puede hacer en tan poco
tiempo. La rutina sin embargo, es de doble filo, hay a quienes les funciona, y
hay a otros que no tanto, identifica tu estilo y crea tu estrategia de trabajo
en torno a estos consejos y tu estilo personal.
Ya
no tienes excusas, si desperdicias un día de tu valioso también está bien,
desperdiciar dos es completamente inaceptable. Salva aquellos que puedas y
maximiza tu potencial. Lo verás reflejado en los resultados de la empresa. Esas
pequeñas victorias son las que nos abren paso a paso el camino hacia el éxito.
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