Cada vez son más empresas las que laboran con
colaboradores a distancia. Te decimos cómo tener éxito con ellos.
Cada vez son más las empresas que aprovechan la
tecnología actual disponible para trabajar bajo el modelo de equipos dispersos
o “virtuales” es decir, grupos cuyos miembros se encuentran en diversas
localidades pero que colaboran a distancia con el fin de conseguir un objetivo
común.
Esta forma de trabajo implica un costo
considerablemente más bajo para los dueños de las empresas y al mismo tiempo es
conveniente para los trabajadores que buscan tener flexibilidad de horarios.Sin
embargo, aunque este tipo de colaboración conlleva beneficios, también implica
complicaciones y nuevas formas de trabajo cuyos principios debemos conocer para
asegurar su buen funcionamiento.
Revisemos tres de los más importantes:
1. Aclara las tareas y procesos específicos, no sólo
los objetivos y los roles.
Cualquier nuevo líder de proyecto debe ponerse de
acuerdo con su equipo sobre las reglas del juego y especialmente en el caso de
los equipos virtuales en los que puede ser un gran desafío debido a la
distancia y a la poca frecuencia con que sus miembros se encuentran. Por esto
es importante prestar más atención a los detalles de diseño de las tareas y a
los procesos que se utilizarán para la realización del proyecto.
Simplifica el trabajo en la mayor medida posible y
asegúrate de que los procesos queden claros, especifica los detalles sobre
quién hará qué y cuándo. Posteriormente, realiza revisiones periódicas para
evaluar cómo van las cosas y determinar si hay que hacer ajustes en el proceso
o tomar alguna otra medida determinada como entrenamientos, ajustes en las
tareas, etcétera.
2. Crea un “mapa” de comunicación y un ritmo de
trabajo
La única manera de prevenir que surjan conflictos por
falta de información o malentendidos causados por la distancia es ser muy claro
y disciplinado acerca de la forma en la que el equipo se comunicará. Crea un
“mapa” que establezca las normas de comportamiento al participar en reuniones
virtuales, tales como limitar el ruido de fondo o conversaciones paralelas;
añade directrices sobre los medios de comunicación de acuerdo con las
circunstancias, por ejemplo, en qué casos se utilizará el correo electrónico,
cuándo el teléfono o de qué manera se discutirá el contenido de algún documento
compartido, etcétera.
Para prevenir problemas de coordinación causados por
diferentes contextos o zonas horarias, planea reuniones regulares que sean
siempre el mismo día de la semana y asegúrate de preparar y compartir con
antelación la agenda de trabajo.
3. Aclara los compromisos y dales seguimiento
Cuando los equipos trabajan de forma remota, es más
difícil llevar un seguimiento del compromiso y la productividad de cada miembro
por lo que, como hemos dicho anteriormente, es muy importante tener muy claras
las tareas y los procesos y llevar a cabo revisiones regulares del estado y
curso de los mismos. También es muy importante que los miembros del equipo se
comprometan en definir sus objetivos y en hacer un seguimiento constante de su
progreso.
Una herramienta útil para ello son los programas para
time tracking diseñados para el trabajo en equipo, los cuales facilitan el
registro del trabajo y suelen tener un tablero accesible a todos los miembros
del equipo en el que pueden tener una visión general de lo que se está haciendo
y obtener información para analizar su desempeño y mejorar.
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