No importa qué tan bueno seas en tu trabajo;
si no te llevas bien con los que te rodean, no llegarás demasiado lejos.
Las
relaciones hacen que el mundo gire. Sin la retroalimentación de los demás,
nuestra mentalidad se vería limitada a nuestras experiencias.
Decir
que el manejo de las emociones no es tan importante es un gran error.
Pregúntate, ¿cuándo fue la última vez que estuviste motivado al platicar con
una persona enojada?
Si
en realidad quieres expandir tu círculo de influencia, te sugerimos que
aprendas a tratar con las personas.
A
continuación, cinco formas en las que puedes agilizar a ese "ser
social" que llevas dentro.
1.
Empieza contigo
Muchas
personas no saben diferenciar la simpatía de la empatía. Simpatizar es el sentimiento
propio por alguien más y empatizar es ver las cosas desde la perspectiva del
otro; en otras palabras, es saber ponerse en los zapatos de la otra persona.
Un
ejemplo de declaración simpatica sería: “me caes bien”. En cuanto a una
empática podría ser: “wow, seguro te sientes muy orgulloso”.
Así
que, si de verdad estás buscando cambiar el rumbo de tus relaciones, prueba con
la empatía.
2.
Evita las respuestas “robóticas”
En
vez de seguir el típico coro de “¿Hola cómo estás? ¿Bien y tú? Intenta contestar
cómo te sientes realmente. Hazlo un poco más personal: “estos últimos días me
he sentido mejor, ya que estuve algo enfermo la semana pasada”. Esta respuesta
tiene muchas más probabilidades de desencadenar una conversación.
3.
Pregunta, no ordenes
¿Cuál
es el tema que más atrae a las personas? Ellas mismas. Así que, entre más
interés le demuestres a la otra persona, más te encontrará interesante. Al
final de cuentas, si alguien está demostrándote que “le importas”, no vas a
voltearte e irte (o tal vez sí y por eso llegaste a este artículo).
4.
Guarda silencio y aprende a escuchar
Algo
que nos pasa seguido es estar en una conversación solamente para saber qué es
lo que la otra persona está pensando. Esto indica que realmente no estás
prestando atención a lo que el otro dice, ya que solo estás imaginando cómo vas
a responder.
En
lo personal, me gusta bajarle la velocidad a mi speech para ver si la otra
persona está atenta y decide meterse en la plática.
5.
Cuida tu tono
Ya
te lo dijo tu madre alguna vez. Si crees que el tono de tu voz no importa,
estás en un gran error. Imagínalo con estas afirmaciones: “¡No puedo creer que
hayas hecho esto!” y “No puedo creer que hayas hecho esto”. ¿Lo ves? La forma
en la que dices las cosas hace una gran diferencia.
Aplica
estos tips y verás cómo tu vida social tomará otro rumbo.
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