¿Tienes problemas para
controlar las emociones dentro de tu empresa?
¿Tienes problemas para
controlar la emocionalidad en tu negocio familiar? ¿Las relaciones familiares
interfieren en la operación diaria de tu negocio?
La mayoría de las empresas de
carácter familiar tienden a durar menos de cinco años y aquellas que lo
consiguen apenas alcanzan a sobrevivir más de tres generaciones.
Esto casi siempre sucede
debido a que los lazos de parentesco involucran factores emocionales que
terminan por mezclarse con las relaciones empresariales.
¡Acaba de una vez por todas
con estos obstáculos afectivos que frenan el crecimiento de tu organización!
Necesitas establecer los
principios con los cuales vas a operar, y quiero ser contundente en este
aspecto. No importa si tú y tus familiares cuentan con la mente más brillante,
ni con los grados académicos más altos o con los MBA’s más profesionalizados.
Desafortunadamente dentro de
las aulas no nos enseñan a lidiar con la resolución de conflictos familiares
que impactan en el negocio, ni mucho menos a separar de manera racional los
lazos afectivos de los del negocio.
La única forma segura de consolidar
tu crecimiento organizacional en tu empresa familiar es mediante la práctica
guiada por reglas de los socios familiares y la toma de decisiones estratégicas
enfocadas a construir futuro de la empresa familiar.
¡Tomar decisiones con el
corazón terminará por destruir la razón y el negocio!
Te comparto los cuatro pasos
para construir un plan empresarial enfocado a crecer tu relación familiar, tu
armonía como sociedad y sobre todo, tu rentabilidad como empresa.
Pon manos a la obra, no te
quedes únicamente con el conocimiento, y pide ayuda profesional.
1. ¿Existen metas, pero no se
cumplieron?
Es posible que, a pesar, de
que cuentes con objetivos específicos, no lleguen a cumplirse y, lo que es
peor, ni siquiera seas capaz de pedir cuentas para evitar herir los
sentimientos de los familiares. Es posible que estés en un paradigma de
mediocridad.
No te incomodes, solo
reflexiona y conecta tus decisiones con el nivel de éxito profesional que
deseas para tus socios familiares, así como la competitividad de empresa que
buscan construir.
Es solo asumir tu posición de
empresario y cumplir lo que se estableció, quitando el drama en las relaciones.
Este será tu reto de todos los días que con el tiempo se convertirá en el valor
rector del crecimiento constante.
2. ¿Tienes una visión clara y
compartida de lo que quieres construir?
Como dueños de negocio estamos
acostumbrados a centralizar todas las decisiones y damos por sentado que
nuestro equipo familiar está en sintonía con nosotros únicamente porque en casa
nos entendemos bien.
Resulta imprescindible que
compartas específicamente qué quieres y hacia dónde pretendes dirigirte, de lo
contrario todos serán víctimas de la dispersión e irán a rumbos y ritmos
distintos.
3. ¿Eres poco exigente en el
cumplimiento de las operaciones?
La emoción en exceso provoca
poca exigencia, lo que a la larga deriva en que –como familia de empresarios
inexpertos– se incurra en el auto sabotaje y, entonces, nadie sea capaz de
demandar el cumplimiento consistente y disciplinado de los compromisos de cada
integrante familiar en la empresa.
4. ¿Te alineas a tus propios
objetivos?
Es dos veces más ciego el que
no quiere ver, y le realidad es que a veces es el mismo dueño de negocio es
quien no se encuentra en sintonía con su propia estrategia. Es importante
autoevaluarte y pedirle a los demás que te evalúen. Requieres tener claridad en
este sentido y evitar la incongruencia.
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