Por ActionCOACH María Inés Morán
Aumentar o sostener en el tiempo el precio al público
de lo que comercializas, ya sea un servicio o un producto, te lleva a generarte
preguntas sobre cómo pueden reaccionar tus clientes, ¿Seguirán comprándote o se
irán hacia la competencia?
Como ya sabes, el elevar el valor final, es una de las
estrategias que puedes usar para generar mayores ingresos y aumentar
directamente tu margen de ganancia, y como todo en los negocios, hay varios
factores que inciden en esta decisión. ¿Cómo se ubica en el mercado el producto
que comercializas o el servicio que prestas? Si se trata de un mercado donde
hay muchos compradores y vendedores, entonces ninguno tiene un efecto
importante en el precio ni en el volumen de producción. Puedes hacer pequeños
aumentos no mayores del 10% y desplegar estrategias para mantener la fidelidad
de tus clientes.
Pongamos el caso de mis mascotas, para mantenerlas
aseadas yo uso un servicio de peluquería canina. Su manager se comunicó conmigo
la siguiente vez que los contraté, para indicarme que subió ligeramente sus
precios. A pesar de eso no lo dudé en seguir contratándolos, porque sus
dependientes son de trato muy agradable y esmerado, el servicio es puntual,
siempre mi perritos llegan felices, olorosos, impecables y me los traen a mi
hogar, no voy a cambiar eso por ahorrarme unos pesos menos en otro sitio más
económico.
¿Es tu producto único en el mercado? en ese caso los
consumidores son menos sensibles a las variaciones del precio, pero si llegas a
incrementarlos precios muy por encima de los márgenes razonables, el público
puede evaluar dirigir su atención hacia un sustituto.
Considera el mercado de Apple. Es único, y los
consumidores cada año hacen colas para adquirir los nuevos artículos que sacan
al mercado.
La siguiente vez que estés pensando en cambiar tus
precios, haz cuentas. Calcula cuánto más (o menos) necesitarás vender en
comparación a cómo estás ahora. Si parece razonable, adelante. De lo contrario
pasa a otra estrategia para generar utilidad y sobre las cuales hablaremos en
las siguientes entregas. Si fijas tus precios muy abajo, ¡irás a la quiebra! Y
si los fijas muy altos ¡irás a la quiebra!. En el caso de fijarlos muy bajos,
terminarás con un volumen muy grande de ventas (con un margen muy pequeño) pero
no con utilidades suficientes para cubrir tus gastos fijos. En el caso de
fijarlos muy altos, aún y cuando ganas mucho con cada venta, no tendrás las
suficientes ventas o ingresos para generar utilidad.
Una de las consideraciones que debes hacer para saber
cuándo y cuánto aumentar, es el tener claro cuál es el punto de equilibrio de
tu negocio. En otras palabras, ¿cuántas ventas o número de clientes tengo que
hacer al día o la semana, para poder cubrir todos mis costos y gastos?, y a
partir de ahí establecer mis utilidades.
No tengas temor a aumentar tus márgenes de ganancia,
si estos están en un rango razonable, en general tus clientes lo aceptan y
aquellos que pueden quejarse, o no compran más, son en definitiva una minoría
sin mayor impacto en tus números.
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