Misión,
¿para que estas en el negocio en el que estás?; ¿recuerdas por qué iniciaste el
negocio? ¿Cómo quieres que contribuya a la sociedad tu empresa?, ¿cómo
contribuye a tu equipo, tu empresa? Aquí estás creando la herramienta que te va
a ayudar a dejar un legado a través de tu empresa.
Visión,
¿Dónde quieres que tu empresa este en cinco, diez, quince años? ¿Cuál es el
legado que vas a dejar a través de tu empresa? La herramienta que creaste ¿cómo
se va a usar? y ¿cuál va a ser el proceso transformacional que va a hacer?
Quiero
alejarme de las recetas que nos dicen que son misión, visión y valores; quiero
hablar más de lo que mueven en tu organización, de lo que mueven dentro de ti.
¡Quiero que soñemos!
Si
ya creaste tu misión y visión o tienes algún bosquejo, te invito a que lo
revises, pero que uses todo tu ser y valorar qué tan bien sientes que quedó.
Cuando
las lees, ¿lo sientes en tu estómago?, ¿sientes la emoción de lo que vas a
lograr?
Probablemente
lo primero que sientas es miedo, un miedo limitante, “no es posible que se
pueda hacer algo tan grande”, “¡cómo mi empresa lo va a lograr!”.
¿Identificaste el miedo?, ¡hazlo!, ¡no temas!, ¡encuéntralo!, ¡enfréntalo!
Identifica cuáles son las limitantes, anótalas. Ahora ¡hazlo a un lado!,
¡recházalo!, busca más, está dentro de ti, que tu estomago sienta la emoción de
lo que quieres lograr, siente el vacío de la emoción del emprendimiento tan
grande que estás haciendo, imagina todo lo que vas a lograr. La contribución a
la sociedad, el sentido de orgullo que te embarga en este momento es el que tu
equipo puede sentir, sigue escarbando dentro de ti.
Te
darás cuenta, que ahora es tu corazón el que siente la emoción, porque ya estás
pensando a estas alturas en todo lo que va a proveer tu empresa a todos aquellos
que se relacionen con ella. Probablemente ya empiezas a pensar en tus seres
queridos, en todo lo que quieres que ellos obtengan a través de tu empresa, la
seguridad en los diferentes niveles que les vas a legar. También en tu equipo
de trabajo, estabilidad laboral, sentido de pertenencia, etc. A estas alturas
tu cabeza ya está involucrada, ya estas dimensionando los beneficios que creará
tu empresa más allá del económico.
¡Felicidades!
si lograste que el vacío de tu estómago creara sinergia con la fuerza de los
latidos de tu corazón, ahora probablemente sientes que tu mente está llena de
energía, list@ para lograr plasmar en palabras esa visión y misión; te sentirás
a estas alturas plen@, sentirás que todo tiene sentido, que estas list@ para
enfrentar los retos diarios que significa ser empresario.
Permíteme
a estas alturas ser muy holística, quiero hablar del alma; no sé dónde está, no
sé si quiera si existe, pero cuando logres esta sinfonía de emociones que pasan
por tu estómago, el corazón y la mente, al conectar estos tres por un solo
motivo, sabes que existe, es palpable. Ahora estás hilando fino, estás dotando
a tu empresa de alma.
Imagínate,
la fuerza que vas a tener con tu equipo cuando comuniques tu misión y visión,
vas a hablar con tu boca motivada por tu mente, pero tu corazón se va a
emocionar al recordar todo lo que están haciendo y finalmente tu estomago va a
reaccionar, con ese vacío que el amor nos hace sentir, los vas a enamorar de tu
proyecto.
Los
que se enamoren del proyecto, ¿cómo crees que lo van a comunicar?, ¿cómo crees
que van a hacer sus labores diarias si son contribuyentes a ese gran sueño?
Ahora
crea los valores de tu empresa, no solo escribas el adjetivo, vuelve a vivir el
proceso y desarrolla un enunciado corto y poderoso que ayude a todos a
entender, ¡por qué es importante ese comportamiento!, ¿Cómo las actitudes van a
contribuir, para que esa misión tan poderosa se logre?, ¿cómo las habilidades
van a apalancar a la visión para que suceda en el plazo de tiempo que planteaste?
“Los
negocios sin corazón no son negocios sólo transacciones.”
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