Tu matrimonio puede entrar en crisis si
no logras separar el negocio y tu vida, ya sea un conflicto de poder, falta de
atención o división de espacios, cual sea de éstos pueden generarte problemas.
Dentro del universo de dificultades que
existen en las Empresas Familiares, las derivadas del matrimonio-empresa
afrontan un grado de dificultad mucho mayor, sobre todo cuando las pasiones
humanas vulneran la estabilidad de la pareja y del negocio. Pensemos en un caso
que pasa muy común: los celos. Cuando uno de los esposos siente celos, es muy
probable que lo haga hacia personas cercanas a la empresa: clientes,
proveedores, colaboradores o hasta empleados de la misma empresa, sí, sienten
celos de la empresa como si fuera una persona.
Lo preocupante es que este escenario se
complique y se dificulte tanto que la empresa comience a sufrir por la pérdida
o disgusto de la clientela y, en consecuencia, por la pérdida de ingresos.
Una situación así no es ajena en la
vida de todo matrimonio. En este caso, se hace más complejo porque se involucra
un negocio o empresa donde ambos trabajan.
Conviene destacar el impacto que la
dimensión familiar tiene en la empresa, en ocasiones se piensa que pueden
mantenerse perfectamente separados estos dos ámbitos. Esto suele ser más bien
lo contrario, los problemas en la casa se proyectan en la empresa y viceversa.
Si en el matrimonio hay problemas y ambos esposos están trabajando en la
empresa, con toda seguridad llevarán sus diferencias al ámbito profesional.
Un primer aspecto a considerar cuando
se presentan los celos, es la probable falta de atención del marido en la
relación por exceso de trabajo.
En el matrimonio, es más normal que el
hombre rápidamente deje de tener los detalles y el mismo trato que tuvieron
durante el noviazgo con su esposa. Mujer y hombre necesitan satisfacer ciertas
necesidades. Algunas de las más comunes en las mujeres, son el afecto,
compromiso, honestidad y franqueza, que regularmente, dejan de ser atendidas.
El hombre por su parte necesita que su
esposa esté orgullosa de él, que lo admire. Además, él espera que su esposa sea
una buena compañera, no una buena jefa. En este sentido, ella puede también
estar provocando el comportamiento que trata de evitar. Su esposo puede estar
canalizando de manera inadecuada la satisfacción de estas necesidades con las
clientas. El gran riesgo es que pueda pasar a algo más que una relación
cliente-proveedor.
Es probable que el marido tenga
atenciones y un trato con las clientas que su esposa no reciba, y cuando la
esposa ve a su marido tener detalles con otras mujeres, los cuales ella no
recibe, la forma como quizá mira a las clientas y la falta de satisfacción de
necesidades esenciales, es lógica que la esposa reaccione de manera celosa.
Es probable que la mujer comience a
buscar la atención de su marido: "Mírame, atiéndeme, quiéreme". Esta
forma de reaccionar la vemos en otros ámbitos. El hijo que se porta mal en la
escuela, ante la soledad y abandono que siente, buscando maneras de llamar la
atención.
Lo recomendable, es la comunicación.
Donde ella deberá comunicar sus sentimientos a su marido y buscar fortalecer su
relación matrimonial, dedicando tiempo para los dos. Y donde el hombre, quien
generalmente es quien está a cargo de la empresa, comience a delegar
actividades y poner horarios específicos para dedicarle al trabajo para tener
más tiempo de calidad con su esposa y con sus hijos.
Otro aspecto que genera muchas
complicaciones entre esposos (y también entre hermanos) es el ejercicio del
poder. ¿Quién manda en la empresa? No hay negocio que funcione sin una cabeza y
es muy difícil funcionar con dos cabezas. ¿Puede un avión pilotearse con dos
capitanes? No. Hay un capitán y un co-piloto. La parte complicada no es ser el
capitán, es ser el copiloto. ¿Con quién trato en el negocio? ¿Con mi esposa o
con el director general? ¿Cómo es la relación de un matrimonio cuando mi jefe
(en la empresa) es mi esposa? Espero que respondas estas preguntas mentalmente.
La interacción de familiares en el
negocio es algo fundamental que debe resolver toda empresa familiar. Hay que
considerar en este sentido que la empresa es de los ámbitos menos indicados
para lograr la armonía familiar. Si quiero mantener a la familia unida, la empresa
no es el mejor de los medios. No queremos decir que sea imposible, pero las
fricciones y conflictos naturales en todo negocio suelen cobrar mayores
dimensiones por los componentes emocionales que conlleva toda relación en
familia.
Es fundamental en esta pareja la
comunicación y el diálogo. Buscar momentos donde puedan convivir como esposos.
Necesitan estar muy pendientes el uno del otro, tenerse detalles y palabras de
cariño.
Finalmente, deben decidir si pueden
trabajar juntos. Se requiere de mucha confianza y madurez de ambos para hacer
que una relación familiar funcione en el trabajo. Difícil, pero no imposible.
Cuando se logra trabajar como pareja en
equipo, se logra una colaboración y un empuje espectacular. Cuando esto no es
posible, se pone en riesgo el matrimonio, la familia y por supuesto, el
negocio.
Alguna vez te has preguntado, ¿existirá
realmente un balance adecuado entre mi vida empresarial y mi vida personal? Les
aseguro que puede ser una de las preguntas más trascendentales de tu vida.
Respóndete mentalmente.
¿Cuántas horas diarias le dedicas a tu
negocio o trabajo?, ¿8, 10, 12, 14 o más? ¿Te has preguntado cuál es el precio
que estás pagando por esto? ¿Cuál es el precio de que tú – y en ocasiones tus
familiares más cercanos – pasen la mayor parte de su vida “metidos” en el
negocio?
Desde luego que el negocio es muy
importante y es el “proveedor” de los medios necesarios para salir adelante con
los gastos familiares y al mismo tiempo brindarnos seguridad, pero que hay del
tiempo que el negocio “te deja” para estar con tu familia, del tiempo que
quisieras tener para volver a practicar algún deporte, jugar golf con tus
amigos, retomar tus hobbies, seguir estudiando, aprender a tocar un instrumento
musical, o el viaje que tienes años posponiendo debido a que no te puedes
alejar de tu negocio, ¿te ha pasado?.. ¿¡a cuántos eventos de tus hijos has
dejado de asistir porque “no puedes dejar sólo el negocio!? y la lista
continúa...
Recuerda que todos los excesos son
malos, y el hecho de excederte en las horas que estás “metido” diariamente en
tu negocio también te genera grandes problemas.
Te puedo compartir la historia del
dueño de una mueblería que pasó 40 años de su vida trabajando sin fallar de
09:00 a 20:00 horas, le pagó a su dos hijos buenas escuelas, les dio una vida
“cómoda” porque nunca les faltó dinero para comprase lo que ellos quisieron, su
esposa siempre tuvo carro de modelo reciente, etc., pero durante el proceso de
Coaching que tuve con él se fue dando cuenta que era un verdadero extraño para
su familia, que apenas intercambiaba comunicación con su esposa e hijos, ¡que
realmente era un completo extraño en su propio hogar! ¿no será éste tu caso?
Hace poco tiempo, tuve la oportunidad
de ayudar a otro empresario en un proceso de Coaching personalizado cuando su
negocio apenas tenía 3 años de haber iniciado. Él es contratista y pasaba la
mayor parte del tiempo viajando por la República, ausentándose de su casa por
semanas. A pesar de que económicamente estaba logrando sus objetivos, en la
parte personal se dio cuenta que estaba perdiendo a su familia, apenas y pasaba
tiempo con sus hijos pequeños, y que el precio del éxito de su negocio estaba
resultando muy caro en su vida personal.
Fue entonces que decidió salir de su
zona de confort, hacer cosas diferentes e invertir para lograr un balance en su
vida. Un balance que yo llamo Negocio – Familia.
Comenzamos “alineando” sus objetivos
personales con los objetivos de su negocio, de tal forma que se complementaran
y no se obstaculizaran unos objetivos con otros.
Ya una vez los objetivos bien
definidos, el siguiente paso fue desarrollar el Plan de Trabajo donde definimos
las estrategias que debía seguir durante los próximos 12 meses, y gracias a su
empeño y el cumplimiento de las tareas que le asigné durante el proceso, ahora
se encuentra muy satisfecho a nivel económico y por supuesto, en algo que personalmente
considero muy importante, por el tiempo que ahora tiene para compartir con su
esposa y sus hijos.
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