Por ActionCOACH México
Hay qué hacer esto, hay que
hacer aquello, alguien debería solucionar esto, el gobierno debería arreglar
esta situación, nadie hace nada para mejorar las situación… ¿has escuchado
estas frases alguna vez? ¿Tú has dicho esto?.
Es común escuchar
comentarios inquisitivos y quejumbrosos pidiendo que alguien resuelva nuestros
problemas o tome iniciativa ante alguna situación que nos desagrada o incomoda.
Pocos, muy pocos, deciden apropiarse del problema y solucionarlo. Muchos sueñan,
pocos actúan; muchos critican y destruyen, pocos se atreven a crear.
Aquí hay un gran problema de
trasfondo que trasciende a la persona y se convierte en un reto de la sociedad.
Muchas palabras, pocas acciones. ¿Cuántos planes y propósitos que has pensado o
dicho realmente has llevado a la acción? ¿Cuántas cosas has postergado? Desde aquella
reparación en casa que no has hecho, hasta ese curso que no has tomado o ese negocio
al cuál le has buscado mil pretextos para no iniciar.
El amor no se demuestra con
palabras, las acciones hablan por sí mismas. Una catedral no se construye con
oraciones, se levanta con cálculos, planos y trabajo duro. La injusticia no se
combate con un grupo de gente inconforme quejándose y bloqueando las
vialidades, el cambio se da con acciones concretas, constructivas e
inteligentes.
Como coach de negocios, a
diario me encuentro con situaciones como esta. Empresarios inconformes con su
situación que no han dado el salto de la palabra a la acción. Ya sea por miedo,
ya sea por apatía, por desconocimiento, ceguera de taller, soberbia o por esa
maldita pereza que se apodera de las personas y las inmoviliza.
Pero no son los empresarios
los que más me ocupan, ya que por su naturaleza, tienden a ser hombres y
mujeres de acción que se atrevieron, se arriesgaron y decidieron crear con sacrificio,
disciplina, voluntad y perseverancia un organismo generador de abundancia.
Los que me preocupan son
aquellos que han decidido clavar sus pies en el conformismo y la mediocridad.
Aquellos que se quejan de su entorno, de su familia, de su trabajo, de su vida.
Los que buscan justificar su miseria echando la culpa a los demás y no toman
las riendas de su vida. ¿Dónde estás tú? ¿Dónde quieres estar?.
No hay fórmulas mágicas que
puedan modificar esta situación más que la fuerza de la voluntad, la disciplina
y la valentía de atreverse. Como dice aquel famoso slogan “just do it” (sólo
hazlo), no hay más.
Todo depende de ti. Aunque
esto no es una receta, hay algunas recomendaciones que puedo hacer, sin
embargo, la fuerza de la acción está dentro de ti y no es una secuencia de pasos
sino una decisión.
Estas son las 15
recomendaciones para hacer que las cosas sucedan:
1. Sueña: Aunque soñar no
cuesta es increíble como muchas personas limitan su capacidad de soñar e imaginar.
La aseveración de que solo usamos el 10% de nuestro cerebro es un mito, en realidad
usamos su totalidad, lo que no es un mito es que no explotamos todo su
potencial.
De igual manera,
desperdiciamos en gran medida nuestra capacidad de soñar. No ha límites una
idea descabellada puede convertirse en la mayor aportación a la humanidad.
2. Construye metas: Soñar es
el primer paso, pero hay que aterrizarlo y convertirlo en metas específicas, medibles,
alcanzables (pero atractivas), enfocada a un resultado y con un tiempo
definido.
Si no tienes claridad de lo
que quieres será fácil perderse y optar por no llevar a cabo tu idea.
3. Planifica: Una vez que
tienes claro el “qué” es importante definir el “cómo”. Una ruta crítica ayuda a
calendarizar las acciones para llevar un orden y un camino a seguir. Siempre es
mejor tener un plan que no tenerlo, pero más importante aún, hay que seguirlo.
4. Asígnate una consecuencia:
Ya que tenemos el “qué” y el “como” nos falta lo más importante, “para qué”. Si
lo mismo da lograr el objetivo que no lograrlo entonces ¿para qué hacerlo? Es
importante que tengas un premio y un castigo, de manera que estimules los dos
motores más básicos del ser humano: el placer y el dolor.
5. Verbaliza y comprométete:
Hay una creencia que dice que no compartamos nuestros planes porque los podemos
“quemar”. No hay cosa más falsa que esto. Esa frase no es más que una excusa
para no comprometerse. Entonces fija en tu mente el propósito y compártelo, te
aseguro que esas personas te van a recordar tu compromiso y te preguntarán
constantemente por él.
6. Escucha lo constructivo,
deshecha lo destructivo: A tu alrededor caerá una lluvia de opiniones, toma con
sabiduría los consejos y puntos de vista, pueden ser muy enriquecedores, pero
también aprende a ignorar a esos “mata sueños” que solo buscan derribar a
aquellos que se han atrevido a despegar.
7. Atrévete y Actúa: Este es
el punto más difícil donde muchos sucumben. Es el salto del decir al hacer. No
hay más que dar los primeros pasos y no
detenerse, hacerlo hoy y no mañana. Hacer ese mínimo esfuerzo adicional que
pocos están dispuestos a dar.
8. Cruza el punto sin
retorno: Como Hernán Cortés dijo a sus hombres al llegar al Nuevo Mundo:
“quemen las naves”.
Atraviesa lo más rápido que
puedas el punto sin retorno de manera que ya no haya forma de arrepentirse y
caminar en reversa. Cuando llegues ahí será más fácil seguir adelante que retroceder.
Corta la soga que te ata a la incómoda zona de confort.
9. Relaciónate: El
networking es fundamental en cualquier travesía que decidas emprender. A tu
alrededor hay valiosísimas personas que ya vivieron lo que tu vas a vivir y podrían
ahorrarte muchas caídas con sus experiencia, presentándote a alguien más o
incluso patrocinando tu aventura.
10. Persevera: Tan simple
como una cuestión matemática que enuncia un proverbio chino: “si te caes siete veces
levántate ocho”. El éxito no es más que una suma de fracasos convertidos en aprendizaje.
Si se pudiera triunfar al primer intento cualquiera sería exitoso. Pero la abundancia
es de aquellos que están dispuestos a pagar el precio.
11. Innova: La creatividad
es la madre del progreso. Albert Einstein lo dijo: “Locura es hacer la misma cosa
una y otra vez esperando obtener diferentes resultados”. Si deseas resolver un problema
pon a trabajar tu mente. Todo problema tiene una solución, y en muchas ocasiones,
más de una.
12. Pide ayuda: La soberbia
te puede hacer recorrer una ruta mucho más larga al éxito que el camino de la humildad.
Te vas a sorprender, hay mucha gente dispuesta a ayudarte a llegar más rápido a
tu destino, pero la ayuda solo se obtiene pidiéndola.
13. Ten fe: Hay un ser
supremo, no importa cuál sea tu creencia religiosa, esa entidad superior que
nos acompaña y vive en cada uno de nosotros. Eres capaz de todo lo que te
propongas porque tú eres un milagro, por lo tanto eres capaz de lograr todo lo
que te propongas.
14. Celebra el éxito,
aprende del fracaso: Que no pase desapercibido el éxito, disfrútalo. Si te
equivocas, también disfrútalo, hay mucho
que aprender de los fracasos. Pero recuerda, tú no te defines por tus errores,
te defines por los éxitos que alcanzaste aprendiendo de esas caídas.
15. Vuelve a empezar: Esto
es un ciclo que no termina. Cuando llegues a la cima te darás cuenta que hay
otra montaña más alta que vencer. Ya recorriste el camino una vez. ¿Qué te
impide recorrerlo de nuevo? Te aseguro que esta vez lo recorrerás más rápido.
Hacer que las cosas sucedan
es tan posible como tú lo desees. Convertir los sueños en realidad es una
decisión y no un producto del azar o la suerte, está en tus manos. ¿Cuál es tu
sueño? ¿Cuándo quieres empezar?.